Como bailarina profesional, durante mi carrera he tenido que lidiar con una elevada autoexigencia, sentimiento de falta de valía o insatisfacción si los resultados no se ajustaban a mi estricto criterio, miedo a no dar la talla, lesiones, conflictos con el físico, competencia... por citar algunos. Nada que ningún bailarín en proceso de formación, o ya profesional, no sepa.

Pero en esos momentos encontré una falta importante de apoyo a la hora de gestionar las altas demandas a las que nos enfrentamos en nuestro día a día. Fue todo ello lo que me impulsó a compaginar la Danza con mis estudios de Psicología.

Necesitaba entender y entenderme, así como adquirir los recursos y las herramientas adecuadas para hacer frente a todo lo que iba viviendo y experimentando.

Por ello, y tras haber vivido en primera persona durante años esta gran experiencia de vida, nada me motiva más que desarrollar mi labor terapéutica en este campo que me apasiona.

Si eres estudiante de Danza en cualquiera de sus modalidades o bailarín profesional y estás atravesando algún bache, o necesitas ayuda para gestionar el momento en el que te encuentras, estaré encantada de brindarte apoyo.